A apenas 30 kilómetros de la ciudad de León, siguiendo el curso de su río Torío hacia el norte y con la mirada puesta en ese vigía calizo llamado Correcillas que domina todo este valle leonés, se llega a la gran vega de Matallana de Torío, emblemática parada del tren hullero que comunica o comunicaba el carbón leonés con los altos hornos bilbaínos.
Es Matallana un lugar bastante recurrido en la provincia. Sirve de frontera entre la ribera y la montaña y por su calzada cada fin de semana pasan decenas de automóviles, ciclistas y senderistas dirección a Vegacervera, otro pueblo emblemático de la comarca, donde se encuentran las ya archiconocidas foces del Torío aparte de una buena oferta hostelera y turística.
La cuenca media del Torío desde la cima del Correcillas
Es entre esa corta distancia entre Matallana y Vegacervera donde aparece el destino que hemos elegido hoy para caminar y conocer.
El letrero de Orzonaga se muestra a mano izquierda según salimos de La Estación de Matallana. Cruzando el río el cual aquí aparece remansado en un puerto artificial, nos internamos en un escondido valle arbolado que desde la carretera principal apenas es visible. A continuación llegamos a Orzonaga.
Orzonaga entre sus tupidos bosques
Este pueblín es quizás de los más guapos de la zona y cuenta con una naturaleza bastante interesante. Sus casas y rincones son también dignos de un paseo y una mirada atenta, pues hay varias casas restauradas y en consonancia con la arquitectura tradicional leonesa.
Calle pintoresca de Orzonaga
Orzonaga es pueblo minero aunque ya no suenen los martillos y los panzers en el interior de la tierra. Varios caminos parten del pueblo hacia sus viejas minas, pero hay uno más importante que otros, me refiero al que comunica con el pueblo de Llombera, y por lo tanto con el vecino valle del Bernesga y La Pola de Gordón. Orzonaga constituye un “puente” entre estos dos valles y este puente es una inmejorable ruta a pie y en bicicleta que este año hemos realizado.
Llombera
Pero entre los mejores servicios que Orzonaga ofrece al caminante es su Faedo. El faedo o hayedo, en castellano, de este pueblo quizás sea uno de los situados más al sur de la cordillera en su parte leonesa. Fresco y con buenos ejemplares, situado en la parte norte del valle que comunica con Llombera, es una visita obligada para el aficionado naturalista.
Inicio de la ruta
Comenzamos a caminar desde el pueblo hacia el sur, donde existen un cartel informativo de ruta señalizada la cual se denomina “La Mata del Té”. Nosotros vamos a utilizarla en parte.
Subimos una fuerte pendiente al principio entre matas de robles para alcanzar la altitud de La Llombada, desde la cual ya tenemos una buena panorámica de este pueblo y de los terrenos aledaños, fijándonos, como no, en la cercana peña Correcillas, tan fotografiada y nombrada por el que escribe.
El valle de Matallana y el Correcillas
Varios vallines discurren hacia el sur, hacia La Estación de Matallana y Robledo de Fenar, pero nosotros vamos a seguir caminando hacia el Oeste a través de esta sierrina poblada de robles, pinos y camperas.
Camino a la parte superior del hayedo
Las vistas son buenas y apenas tenemos pendiente. Es terreno de perdices, conejos y corzos, y también de rebaños de ovejas. Casi a mitad del recorrido nos encontramos con una caseta de uso público bastante interesante.
Llegamos casi al final de la sierra a través de un buen camino y ya vemos como a nuestra derecha va surgiendo un cambio de vegetación. El roble va dejando espacio al haya que crece y desciende hacia el norte y hacia el valle de Orzonaga. Es el momento de buscar la sombra de sus tupidas ramas.
Donde la faya y el roble se encuentran
Existe un camino el cual se interna desde los altos donde nos encontramos en el bosque, pero básicamente, cualquier senderín o trechero nos puede introducir fácilmente en él, puesto que son ejemplares altos que no impiden el transito y la visión.
Interior del Faedo
Es un faedo no muy extenso pero de gran belleza, como todos los conjuntos de esta especie. El corzo es un habitual entre sus hojas, siendo fácil oírle o avistarle en primavera.
La caliza aflora en este tramo mientras vamos descendiendo en dirección a la collada Gudina, la cual separa los terrenos de Orzonaga con los de Llombera, donde, por cierto, este hayedo se prolonga.
Sin mucha pérdida y siguiendo el senderín en todo momento llegamos a la pista principal que comunica las dos poblaciones. Desde este punto y descendiendo al lugar de partida podemos ir contemplando todo el hayedo que hemos recorrido así como su extensión. En el fondo del valle corre un reguerín el cual hace que crezca abundante vegetación de ribera así como pastos y praderas naturales.
Claros en el faedo
También podemos apreciar restos mineros y sobretodo agua, mucha agua que surge de las profundidades de la tierra que fueron horadadas para extraer el mineral. Más de ocho minas llegaron a tener en esta población. Hoy en día la actividad más visible de la zona es la cercana mina a cielo abierto de Santa Lucía de Gordón.
Antigua mina de la Hullera Vasco-Leonesa
Arribamos de nuevo a Orzonaga, como digo, pueblo guapo y lleno de rincones pintorescos. Y sobretodo existe un rincón bastante pintoresco, seguramente el que más del pueblo, donde pasa las tardes, los días y los inviernos, un entrañable paisano llamado Don Nicasio.
Don Nicasio es un artesano de la madera, pero no uno cualquiera. Con sus manos ha construido la casa donde se asienta su taller de trabajo, el cual tuvo la bondad y amabilidad de mostrarnos cuando pasamos por su calle.
Y es que es difícil no mirar hacia este localillo lleno absolutamente de herramientas de toda clase así como adornos por las cuatro paredes. Mesas, sillas y otros elementos ocupan las esquinas del local. Muchas horas de trabajo se respiran en este rincón. Y así nos lo constata Nicasio, un hombre que según nos cuenta emigró a América a trabajar en talleres mecánicos, pero que a su vuelta a España ya casi en los ochenta comenzó a trabajar la madera, ¡y de qué forma!.
Don Nicasio colocando sus herramientas
Conversar con este habitante de Orzonaga y sobretodo contemplar sus obras es también, como el Faedo, una parada obligatoria en este lugar, un lugar cuyo nombre invoca a épocas pasadas, pues se dice que el nombre del pueblo está relacionado con la tribu de los Orgonomescos, tribu cántabra-astur, la cual se debió establecer en estas tierras del Torío, y quién sabe si fue el Faedo de Orzonaga su lugar divino donde los druidas invocaban a los dioses y entes del bosque…
Abandonamos este rincón leonés y nos despedimos de esta montaña del Torío que tanto y tan cerca ofrece al senderista y curioso.
(Pinchar para ampliar)
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Sin duda alguna unos pasos los que marcaste sensacionales, que precioso es ese hayedo…allí viví momentosdecisivos en una tarde otoñal preciosa, con un colorido único….otra hermosa joya que tenemos en este privilegio de tierra nuestra.Me han encantado tus explicaciones y las fotazas.
abrazotedecisivo héroe
Un camino bellisimo al ladito mismo de León. Es de esos paseos que habría que hacer todos los años en otoño
Saludos
¿Por qué Orzonaga está relacionada con los Orgonomescos?
Sara: Muchas gracias amiga!! Es un hayedo bien guapo!! Un abrazo y que tengas unas felices fiestas.
Javier: Eso es Javier, un paseo para hacer en otoño e incluso en invierno si se decide a nevar en condiciones. Un saludo y que tengas felices fiestas.
Taliesín: Eso leí en un cartel del pueblo y algo sale por Internet… pero no tengo más idea sobre ello.. Un saludo y que tengas felices fiestas.
Yo hice esta ruta a primeros de mes y es una pasada, el contraste de colores no tiene palabras para describirlo, eso si, no está señalizada y puede llegar a la confusión en algún punto si no se lleva gps.
un saludo.
Que pueblo tan bonito!
Grandes
Por fin lo encuentro. Muchas gracias por esta belleza y por haberme traído el regalo. Lo he compartido en Facebook.
Un fuerte abrazo.
Buenos días Nicasio! Espero que te haya gustado la mención y el reportaje sobre el Faedo. Me alegra que lo encontraras.
Un fuerte abrazo para ti también y espero coincidir pronto de nuevo en Orzonaga.
Por cierto, ahora ya está señalizado. No se extraviará nadie.
Estamos haciendo hoy la ruta por segunda vez. Espectacular como siempre.
Un poco deslucida por grupos grandes de personas que van dejando papelitos y moviendo los carteles para hacerse fotos. Una pena
¿Me podrías informar de cuánto se tarda en realizar la ruta?
Gracias
La ruta son dos horas y media, aproximadamente. También depende del tiempo que desees pasar dentro del faedo, que está lleno de rincones preciosos. Pero lo mejor es intentar no alterarlo demasiado ni salirse de la vereda.
Un saludo!
Muchas gracias, Alejandro