En los altos de Vegarada, allá donde el Curueño y el Aller comparten pastos y arándanos, se divisa hacia el noroeste una peña caliza, algo solitaria, ligeramente más pequeña que las montañas que la rodean, pero de sublime belleza. …
En los altos de Vegarada, allá donde el Curueño y el Aller comparten pastos y arándanos, se divisa hacia el noroeste una peña caliza, algo solitaria, ligeramente más pequeña que las montañas que la rodean, pero de sublime belleza. …