Peña Redonda desde Vegarada

En los altos de Vegarada, allá donde el Curueño y el Aller comparten pastos y arándanos, se divisa hacia el noroeste una peña caliza, algo solitaria, ligeramente más pequeña que las montañas que la rodean, pero de sublime belleza.
 
 
Peña Redonda o Peña Reonda se eleva a 1.836 metros de altura entre los pueblos de Ruayer y El Pino. Divide los valles que bajan de San Isidro y Vegarada, y al mismo tiempo ve crecer por debajo de sus farallones calizos dos de las foces más conocidas de Asturias, las del Río Aller y las de El Pinu.

                                Pastizales en el alto del puerto

 
El enclave donde se encuentra, a escasos metros del puerto, rodeada de camperas y collados como Caniel.la o Palmián, desde los cuales ya tenemos una panorámica magnífica del paisaje que nos rodea, hacen de esta solitaria peña, un punto de referencia básico y un objeto de deseo irresistible para el montañero asturleonés.
 
Y atraídos por ella, fuimos un día tras una buena y barata comida en el restaurante Bodón de Lugueros, a ver si podíamos hincarle el diente por alguna de sus demoledoras paredes.

                         Peña Redonda desde las praderas de Faru

 
Ya desde el mes de Junio, cuando ascendimos el Pico Faro, e incluso desde tiempo atrás a través de fotografías y blogs, llevábamos con muchas ganas de conocer este bastión calizo asturiano.
 
Así que sin más dilaciones atravesamos el puerto que une León con Asturias y descendimos por la pista (aquí la carretera aún no ha llegado) para poder estacionar el coche en la bifurcación de la calzada, donde la pista principal sigue hacia Rioaller y otra sube hacia el collao Caniel.la a través de un estupendo acebal o Carrascal, como aquí llaman al acebo, dejando atrás alguna que otra braña y bajo la mirada de los picos de La Cabritera y Xexe.

                            Carrascos en la parte asturiana del puerto

 
El camino no tiene pérdida alguna y en poco tiempo llegamos al collado, desde el cual un nuevo mundo se nos abre hacia el norte. Es el valle y las montañas del Río de San Isidro, de Felechosa y Cabanaquinta, y hasta el mar cantábrico se divisa al fondo, no en vano estamos a escasos 50 kms. en línea recta de él.
 
Y a nuestra izquierda, soberbia y desafiante, Peña Redonda.

                          Peña Redonda desde las brañas de Rio Aller y Carbayalín

 
Para doblegar esta increíble peña existen dos vías normales de ascensión. Una está situada al norte, no visible desde el punto donde nos encontramos. Esta tiene quizás mejor acceso desde El Pino que desde Vegarada, y es necesario internarse en las entrañas de la peña, es decir, en la hoya que las verticales paredes forman en la cara norte del pico, para desde allí ascender por una canal herbosa hasta la cima.

                        
 Nosotros vamos a optar esta vez (si es que tenemos fuerzas de repetir en otra ocasión esta experiencia) por la cara sur, la cual desde los collados de Caniel.l.a y Palmián parece fácil y accesible. Desafortunadamente, una vez en frente de ella, no lo es tanto.

                        Peña Redonda desde Caniel.l.a

 
Siguiendo las instrucciones del libro de David Atela Cordillera Cantábrica Central y Occidental que alguna vez ya hemos comentado en este blog, llegamos a la pared sur de Peña Redonda y estudiamos por donde comenzar la primera trepada.

Llegados a este punto he decir, y que David Atela me disculpe, que lo que pensábamos que iba a ser una trepada más, se nos convirtió en una de las experiencias más peligrosas y estresantes que hemos tenido en la montaña hasta el momento.

                  La pared Sur, fácil de ver, díficil de subir

 
Ni rastro de fitos, ni señales, ni tan siquiera un pequeño senderín de rebecos. Absolutamente nada. Y el libro, que no dejamos de consultar en todo momento, tampoco nos sacó de dudas, puesto que íbamos trepando sobre una gran pared vertical con esperanzas de que más arriba nos condujera a un pasillín, un sedo o algo similar. Pero nada. Solamente al final de esta pared, donde casi ya se encuentra la cresta, aparece una canalina un poco más llevadera.

 


Ni llevábamos casco, ni cuerdas ni nada. Solamente paciencia, mucha templanza, piernas y manos, las cuales nos quedaron abrasadas por la cantidad de plantas con pinchos que existe en esta montaña, y que no teníamos más remedio que aferrarnos a ellas en muchos lances.

 

                       Esto es más díficil de lo que pensábamos…

 
REPITO, y creo que esto es muy IMPORTANTE, esta vía de ascenso es bastante peligrosa y exige mucha precisión y templanza. A modo de comparación, me pareció más fácil el Friero, aunque en este la trepada sea de mayor duración.
 
                         Últimas trepadas…
 
La cosa es que conseguimos llegar a la cresta, y el vértigo y el abismo hicieron acto de presencia. Solamente con asomarnos a la brutal cara norte, una especie de mareo te entra de repente. Pero eso sí, es un paisaje espectacular, salvaje. No defrauda a nadie, pero mete miedo.
 
 

                    Estudiando una posible vía de escape sobre el abismo

 
Desde estas alturas se contemplan a la perfección picos como el Torres, Retriñón, Peña Mea, Faro, Estorbín… y una larga cadena de sierras en todas la direcciones. Este es posiblemente uno de los puntos más centrales de la cordillera cantábrica.

                         Las foces del Pinu

                     Tierras de Felechosa

 
Y el miedo seguía en nuestros cuerpos a pesar de haber culminado esta impresionante montaña de altura modesta pero de enorme porte. Y es que casi no disfrutamos de las vistas buscando sin cesar otra vía de descenso diferente al de subida. Solo la de la cara norte aparece en el citado libro, y no acabó de convencernos puesto que también andábamos algo escasos de luz solar.

                           El Picu Torres, ya en San Isidro

 
Así que, después de unas obligadas fotos de cima, emprendimos con más fe que confianza, la bajada por la misma vía.
 
Acordamos medir cada paso y tomarnos el tiempo necesario en cada decisión. Son en estos casos donde un accidente tiene más probabilidad de entrar en escena, pues la serenidad se pierde y la rabia por no haber previsto esto, acaba por contagiar cada paso y mirada, desconcentrándonos.
Poco a poco fuimos bajando, cuidando uno del otro y ajustando cada milímetro en la pisada. Hay grandes lajas de caliza donde un rappel hubiera sido lo más seguro y efectivo, pero como he dicho, no teníamos ni la menor idea de encontrarnos con esto en esta montaña.

                            Por fín en tierra llana, un respiro para las piernas

 
Gracias a dios llegamos al prado. Mucho sudor y una terrible tensión en cada musculo de nuestro cuerpo nos acompañaron aún unos metros más hasta la pista de Vegarada.
Quizás pecamos de ignorantes, de valientes o simplemente el sendero estaba algo oculto, pero una cosa está clara, no creo que volvamos a subir más por esta cara… je je je.

Eso sí, el paisaje envuelto en el atardecer de otoño de la vuelta compensó un poco tanto sacrificio. Peña Redonda es una montaña hermosa y magnífica vista desde esos collados aledaños, pero subirla es toda una estampida de adrenalina.

Espero que me comentéis si habéis subido esta montaña y me digáis en que fallamos para no volver a cometer el mismo error en otra vez, pero vamos, pienso que es una montaña no apta para cualquiera.

 
 
Tiempo aproximado: 4 horas
Punto de partida: Puerto de Vegarada
Dificultad: ALTA
Datos de interés: Accesible también desde Felechosa y Rio Aller. Buen comer en Luguerosy Redipuertas.
 
 

10 comentarios en «Peña Redonda desde Vegarada»

  1. Cienfuegos

    Es curioso como se os complicó la cima. Yo la he subido por esa cara y la encontré muy asequible. Lo que si que recuerdo que que la vía «normal» no está cerca del collado que se abre justo al sur de su cumbre, sino que hay que bordearla un rato hacia el oeste. Alli se abren varias canales mixtas (hierba-caliza) por las que se sube con una trepada sencilla. El acceso por la canal norte (por donde también tengo pasado) me parece peor porque es muy sombria y suele estar húmeda, con lo que resbala mucho, sobre todo en descenso, pero aparte de eso tampoco ofrece mayores complicaciones. Ya hace muchos años que no voy por allí y la verdad es que me has metido en ganas de repetir cima.
    Un saludo

  2. konico

    Héroe, te comento lo mismo que Cienfuegos. No he subido pero a principio del otoño estuve en el collado de su ladera sur y desde allí pude ver a tres montañeros encaramados en su cima. El descenso lo hicieron por unas canales que caen más al oeste. Y a estas se llegaba perfectamente desde el collado en que estábamos por unas viras herbosas.
    En el momento que crezcan un poco más los días espero acercarme una tarde hasta esta bonita montaña.
    Saludos.

  3. Monchu

    Hola Héroe, una de las cumbres que a mi mas me gustan. Veo que lo pasasteis mal, cuando esa cumbre no debe ser para tanto. Yo la tengo subido por varios sitios -por ese solo bajé- y sin duda el más sencillo, es por el Oeste, si vas desde el Cdo Palmián, tienes que descender por el Sur de la peña, y luego por terreno herboso alcanzar el collado entre Peña Redonda y la Panda, luego claro sendero sin más a la cumbre.
    En mi blog solo tengo una de las ascensiones que hice, en esa ocasión por la arista Este, en continua trepada y muy entretenida, pero el descenso lo hacemos por la vía normal que es la que cito arriba.
    Te pongo el enlace por si quieres darle un vistazo a la presentación
    http://monchujo.blogspot.com/2009/03/pena-redonda.html
    Un saludo

    1. Sara

      Gracias por el aviso…nunca lo intentaré por esa cara. Dios mio que miedo, la adrenalina a tope …lo imagino.
      Preciosa entrada, preciosa maontaña.
      Abrazotedecisivo

    2. Héroe de Leyenda

      Sara: Hola Sara, haz caso a estos chicos (Cienfuegos, Monchu… que la entrada mía no es para guiar, sino solo para mostrar errores, jeje. Eso sí, la montaña en sí es maravillosa. Un abrazo y gracias como siempre.

  4. Héroe de Leyenda

    Javier: El Estorbín lo subimos en octubre,y si, se ve bien esta cumbre. Si os animáis, informaros bien antes! jeje. Un saludo.

    Miguel: Buenas amigo, Vegará se canta bien siempre, jeje. Un saludo.

    Cienfuegos: Ajammmm… osea, que teniamos que haber seguido un poco hacia el oeste… Esa parece que era la clave. Nosotros llevabamos el libro este de David Atela, y nos hicimos caso de él, y en él se dice que esta cara del collado por donde se sube… En fin, para otra vez ya sabemos. Muchas gracias, como siempre, Cienfuegos. Por cierto, me quedo con las ganas siempre de bajar a Ruayer… Qué valles tenéis por ahí paisano! 😉

    Konico: Hola Konico y bienvenido a La Senda, pues entonces, como ya dije a Cienfuegos, habrá que volver y subir por esas canales del oeste, porque por la cara esta, esta algo jodido… jeje. Te animo a que la subas, es impresionante desde la cima, un gran abismo, vamos. Un saludo y muchas gracias.

    Monchu: Hola Monchu, en primer lugar muchas gracias por tu valiosa aportación. Veo que eres un «veterano» de Peña Redonda, yo, como habrás visto, solo soy un «inocente novato», jeje. La cosa es que esta peña tiene algo diferente, engancha con solo mirarla. Veo que la clave es seguir hacia el Oeste. Voy ahora a ver tu enlace. Muchas gracias de nuevo y un saludo 😉

    1. DAVID aTELA

      Aunque tarde, me permito una reflexión al respecto.

      Lamento que la dificultad haya superado lo esperado. Muchas gracias por vuestras opiniones y aunque yo no tuve grandes complicaciones, lo mantendré en mente para una revisión.

      Actualmente estoy anclado al Pirineo, y por eso no disfruto tanto como vosotros de esas maravillosas montañas.
      Un saludo.

      David Atela

      1. Alejandro Autor

        Hola David! Un honor tenerte por la senda del hayedo. La verdad es que las pasamos algo canutas, pero igual fue porque nos liamos nosotros sin querer. Recibe un cordial saludo y enhorabuena por tu extensa obra literaria 😉

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