En semana santa aproveché para finiquitar una cuenta pendiente que tenía con un amigo calizo, el Praollano, con 1.721 metros de altura, enclavado entre el valle del Curueño por un lado y el valle del Porma por otro, entre los…
En semana santa aproveché para finiquitar una cuenta pendiente que tenía con un amigo calizo, el Praollano, con 1.721 metros de altura, enclavado entre el valle del Curueño por un lado y el valle del Porma por otro, entre los…