Los Altos Valles del Porma
Puebla de Lillo (León) aglutina en sus múltiples valles una amplia carta de rutas, entornos naturales y actividades de naturaleza. Desde San Isidro a Mampodre, o desde el Susarón a Las Señales, Lillo es pura montaña cantábrica. En esta ruta circular alrededor del lago Ausente conocerás una parte esencial de este espacio natural encuadrado en la Montaña de Riaño y Mampodre.



Localización:
Puerto San Isidro (Llión)
Punto de inicio y llegada: Aparcamiento de Cebolléo (1.500 mts.)
Desnivel de ascenso: 500 metros (aprox.).
Sentido de la ruta: Circular
Entorno: Alta montaña cantábrica
Dificultad: Media
Tiempo: 3,30 horas (ida y vuelta)
Inicio de ruta: Aparcamiento de Cebolléo
La ruta comienza en el circo de Cebolleo, es decir, el lugar donde se encuentra gran parte de la infraestructura de la estación invernal de San Isidro. En él tienes suficiente aparcamiento si vas en épocas no esquiables.
Este paseo está bien señalizado y balizado por la administración del parque regional de Picos de Europa, por lo que no habrá problema de pérdida. Aún así es importante que recuerdes que la niebla que muchas veces entra desde Asturias por la tarde, puede traer consigo pérdidas de orientación. Así que asegúrate bien de las condiciones climáticas antes de emprender la ruta.



Subida a la sierra de Sentiles
Comenzamos pues la subida entre monte bajo de urz y arándanos. Es un sendero bastante pindio pero muy llevadero y atractivo. Pasaremos a través bellas formaciones de cuarcita que se asemejan a menhires, dando un toque místico a la subida.
En poco tiempo alcanzamos la cresta de la sierra de Sentiles, desde donde podremos ver una buena panorámica de los cercanos Picos de Europa, así como de varias sierras asturianas como la del Tiatordos o la del Cascayón, que esconde otro tesoro glaciar semejante al Ausente. Y es que estamos en medio de lo que debió ser una gran lengua glaciar que bajó desde Cebolledo hasta Isoba, causando la formación de estos bellos lagos así como la aparición del bloques erráticos en medio de los brezales que muestran la fuerza de desplazamiento de materiales del glaciar.
Al llegar a la collada el paisaje parece que pierde vitalidad hacia la otra vertiente de la montaña, pues aparece ante nosotros las viejas minas de Talco de Lillo, pero al mismo tiempo también aparecen otros nuevos paisajes como los bosques de haya de La Cervatina, inmensos y verdes, que suben hasta los cordales que separan los valles del Porma de los valles de Tolibia de Arriba y Villaverde de la Cuerna, ya en el Alto Curueño.



Requexines y Pico Ausente
Comenzamos la subida al Pico Requexines (2.026 mts) por un terreno erosionado por el hielo y el viento. El suelo se muestra blanco, la piedra se ha ido triturando y ahora varias terracillas en guirnaldas se esparcen por toda la ladera norte.
En poco tiempo llegamos a la cima del pico, desde el cual vemos en todo su esplendor al lago de Ausente, pero también el lago de Isoba, bajo las tremendas laderas de la Peña San Justo, y sobre la foz de Entrevados. Por este segundo lago discurre una ruta que merece la pena descubrir para conocer más este entorno de alta montaña de Isoba, recorriendo los valles de Pinzón y Entrevados.
Sobrevolamos esta joya natural de León hacia la siguiente cima, el Pico Ausente (2.041 metros), que tras bajar al collado que separa las dos cimas y luego subir unos pocos metros, se alcanza en poco tiempo.
Las vistas son semejantes de las del Requexines, pero quizás con más nitidez veremos otras montañas colindantes a esta sierra como el Susarón, Mampodre, Peña Ten o la Peña los Niales.



Vuelta alrededor del lago para Cebolléo
Visto el lago por todos los ángulos posibles, sin apenas grandes esfuerzos y con buenas vistas del entorno, nos dirigimos ladera abajo hacia la parte este del lago, entre arandaneras y brezales, a través de un senderín muy pindio pero entretenido.
Ya estamos en las orillas del lago y desde aquí vemos los dos picos que hemos ascendido hace apenas unos minutos. Es un entorno único, mágico, que debemos preservar y valorar, por lo que es importante mantener el silencio de este lugar y no alterarlo.
Desde el lago tomamos el sendero señalizado que nos devuelve a la pista inicial de la ruta, la cual es ya un apacible paseo de vuelta de 30 minutos al circo de Cebolledo con grandes vistas hacia montañas como el Toneo o el Pico Torres.


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