Babia, sueños de pastores y reyes |
«Palpita el rebaño en la espera
en tanto que los astros detienen su giro sobre el mundo.
Cierra los ojos un mastin y Babia sueña»
La mítica comarca leonesa, posada real de descanso de los reyes de este reino y estancia estival de los incansables pastores trashumantes que desde siglos y siglos llevan conduciendo sus rebaños desde las dehesas extremeñas a los altos puertos cantábricos, es un espacio natural que despliega una amplia carta de rutas y rincones paisajísticos para todo tipo de senderistas y montañeros.
En la ruta de este reportaje se combinan sosegados paseos por fondos de valle y laderas, lagunas glaciares bajo imponentes farallones de calizos de más de 2.000 metros de altura y cresteos de alta montaña con vistas de pájaro sobre los macizos calizos asturleoneses del occidente.
Una completa lección de geografía, geología y biología que puede verse completada también si visitamos el reciente y cercano Centro de interpretación del Parque Natural de Babia y Luna, situado en Riolago de Babia.
De Torre a Las Verdes |
Torre de Babia es según muchos paisanos de la región, uno de los pueblos más guapos situados en un entorno de fábula entre montañas oscuras y blancas que configuran el extremo sureño del macizo montañoso que une las cabeceras del Luna, Torrestío, Saliencia y Sil.
Hemos de ascender y remontar el valle de Torre dejando atrás sus barrios que ocupan esta veiga que se asienta ya a más de 1.200 metros.
Es tierra de nieve, de pastores, mastines y lobos. Tierra dura pero que cuando llega la primavera cualquier rincón y mirada se convierte en un regalo multiculor y multisensorial. Y es este verde valle de Torre por el que surcamos nuestro barco uno de los más espectaculares de Babia y la montaña leonesa.
El camino/pista es bueno y estable, ninguna pérdida ha de ofrecer al caminante. Al poco rato el valle y va bifurcándose y curvando hacia el oeste (izquierda).
Es hora de tomar el camino que sigue bordeando la ladera izquierda de la montaña, el cual va progresivamente tomando altura al mismo tiempo que nos permite contemplar otros rincones de valle como la cascada de la veiga Treméu o la pista que avanza a la cul.lada de Veiga Redonda y los Puertos Mariel.los, ya pertenecientes a otro de los grandes valles babianos, el de La Maxuga / La Majúa.
También, a medida que avanzamos hacia ese rincón secreto que pronto descubriremos, la visión de las murallas calizas de Cuetalbo y La Cervata es pura motivación para no perder el ritmo y las ganas de conocer todos estos paisajes.
El glaciar de Babia |
Ya estamos metidos en plena senda montaraz, la pista ha finalizado en la majada de pastores que ocupa un pequeño terreno limpio de la caliza que ya inunda el paisaje, pero también el agua. Agua que brota de uno de los lugares más guapos de la cordillera cantábrica: la laguna glaciar de Las Verdes.
A más de 1.700 metros de altitud, esta laguna es uno de los restos más visibles del gran glaciar que en esta tierra se gestó, dominó y fue reculando hasta nuestros días, permaneciendo en paisaje ciertos indicadores del modelado glaciar como el valle en U por el que hemos ascendido y por el cual la gran lengua glaciar avanzó proveniente del circo glaciar donde se asienta actualmente la laguna de las verdes además de otros dos cercanos. Se cree que en la zona de la cascada de Treméu el grosor del hielo alcanzó los 200 metros.
Las Verdes es todo un monumento natural de León. La perfección del paisaje en este rincón babiano hace de cualquier estampa una soberbia fotografía. El Montigüeiru, el cual se eleva sobre nuestras cabezas, parece clavar sus pies, la base de su afilada y vertical pirámide, en las tranquilas aguas del lago.
El lago, según la estación, puede volver a ser un glaciar en sí, con grandes bloques de nieve sobre sus gélidas aguas, o un pequeño mar de hierba puntiaguda y verde. Todo un señor paisaje donde deleitarse de la fuerza de la naturaleza leonesa.
Montigüeiru – 2.180 metros |
Dejamos atrás la laguna de Las Verdes y comenzamos una dura subida hacia la cul.lá de la Fuente Corisco, a 1.947 metros y separación de la cuenca del Esla con la del Sil.
Desde este punto, volveremos sobre nuestros pasos pero esta vez por un pasillo de altura que divide en el valle de Las Verdes con el de La Riera.
Es un terreno lleno de hoyos y peñascos que se yerguen sobre praderías abatidas por el viento pero que tiene unas buenas vistas sobre las montañas y valles que rodean Las Verdes.
Peña Orniz y Morronegro al norte, Peña Ubiña al este, Cornón al oeste y la sierra de la Filera al sur. Entre medias veremos también otro hermoso valle glaciar que es el de La Riera.
Atravesamos otras cumbres como Las Malvosinas y Las Coloradas, intentando no salirnos de la diagonal trazada hacia nuestro objetivo.

Estampa hacia el norte. Bajo nosotros la canal y las verdes, una aconsejable vía rápida de ascenso/descenso.
El Montigüeiru (Monte Yegüero -de las yeguas-) es una de las grandes cumbres de Babia y del sector occidental de la cordillera en general. Su aproximación no es cosa de niños y hay que vadear varias profundidades y elevaciones para llegar a su última rampa, la perfecta y vertical pared que atraviesa el espacio desde su vértice geodésico hasta las aguas de Las Verdes.
El descenso recomendado es hacerlo por la canal que aterriza en la laguna. Siguiendo la cresta hacia Veiga Viecha, aunque parezca el camino más directo para llegar a Torre, está lleno de inconvenientes e incomodidades por lo que no lo recomiendo.
Duración: 6 horas Punto de inicio y llegada: Torre de Babia Desnivel de subida: 950 metros |