El valle del Sil: alma de castaño
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Viejas raíces que crecen desde los albores del primer milenio se entremezclan en tierras de carbón, oro y río.
Son las viejas raíces de los castaños que pueblan los valles del Sil. Castañales que rodean la Sierra de Xistréo, sierra que hace suya una clase de castaña pequeña pero muy sabrosa, la castaña de parede, reinina de magostos en los pueblos y ciudades del Reino de León.
En este reportaje conoceremos algo más sobre la ancestral cultura del castaño y su consecuencia más popular: el magosto.
Pondremos de ejemplo pueblos como Noceda, como Robledo de las Traviesas, como Toreno, Santa Marina del Sil, Pardamaza, Palacios o Páramo del Sil conservan impecables soutos de castañales en sus aledaños. Son castañales domesticadas por la mano del hombre en su mayoría, en una relación hombre-naturaleza cuanto menos curiosa.

En Palaciosdel Sil, se conservan buenos ejemplos de soutos de castaños.
El camino que asciende a la braña de la Degul.lada guarda en sus inicios un majestuoso bosque de estos árboles. Pero es otro monte de este pueblo del Alto Sil quien se lleva todos los reconocimientos. Bajo el barrio de El Castro y muy cercano a la carretera general Toreno-Villablino, se halla uno de los ejemplares más antiguos y fantástico del valle. Es el castaño de la Verduéngana, invisible desde la carretera pero que a medida que nos adentramos en la foresta vemos como los demás castaños son meros peones alrededor de este rey vegetal que bien pudiera sobrepasar los 500 años. Este árbol es un verdadero monumento natural y debiera ser preservado y protegido pues bajo sus rugosas y viejas cortezas (que parecen tomar formas humanas o fantasmagóricas según la perspectiva en que se le mire) se guarda buena parte de la historia de esta tierra del occidente leonés.
Una longeva relación de dos partes
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Al castaño (Castanea Sativa) se le mima desde pequeño, se le hace crecer de una determinada manera, se le limpia el suelo de hierbas u otros árboles (excepto de su inseparable madroño)… todo ello para que esté listo al cabo de los años para producir una buena cantidad de castañas, y lo más importante, que su recogida se haga de manera eficaz, rápida y cómoda.
El mundo del castaño encierra mucho más que un simple fruto silvestre alto en calorías y llevado por las legiones romanas al El Bierzo para, según dicen, alimentar a la mano de obra Astur que trabajaba en las Médulas de manera no voluntaria. El mundo del castaño es mucho más que ello, es la vida propia de las gentes que lo rodean, es su paisaje, es su forma de llevar a cabo el trabajo colectivo que ha dado lugar a facenderas, concejos y luego a Cortes en el Reino de León. El castaño dibuja por sí mismo un lienzo en el que todo el pueblo está representado.
Toreno: «castañeiru y magosteiru»
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En el municipio de Toreno se encuentran buenos ejemplos de castaños, tanto en su productividad como en su longevidad. Ya hemos hablado aquí del milenario árbol de Librán, de envergadura gigantesca, pero para ver como estos árboles impregnan el día a día en estos pueblos hay que visitar también otras localidades castañeiras.
Pardamaza asediada por el otoño
Pardamaza, subida solitariamente en las frías y norteñas caras de Gistréo, no pasa tan sola los años como se cree, pues un ejército de árboles cubren los tejados de este pequeño pueblo de apenas cinco habitantes, haciendo que pase desapercibido entre las copas de los árboles, castaños en su mayoría.
Y es que visitar Pardamaza y recorrer sus calles en otoño es algo que no se puede dejar de hacer. Miles de castañas caen al suelo y miles de ojos, incluidos los de las personas, se apresuran a darles “caza”, pues este alimento constituye una reserva esencial para pasar el invierno en casa de la esquiva ardilla o esquilo, como aquí la llaman, y también del descarado jabalí, que se da verdaderos atracones a escasos metros de las casas.
En Pardamaza, dirección al río, encontramos buenos ejemplos de castaños centenarios. Son bosques místicos, árboles sabios que han visto crecer muchas generaciones de dueños a través de los siglos tras sus hojas. Hojas grandes, teñidas de amarillo, marrón, verde, ocre… A veces aparecen restos de viejos troncos y ramas entre el follaje espeso, tapizados de musgo por donde corren los ratones y los mirlos (y seguramente algún trasgu). Su madera es altamente calorífica, y es bien empleada en estos pueblos para su posterior uso en herramientas y decoración.
Santa Marina del Sil es otro pueblo especializado en castaños y magostos. Es sede de un Centro de Iniciativas Turísticas el cual, junto con el del vecino Noceda, constituyen quizás los máximos exponentes de la tradición castañera en la provincia de León.
Santa Marina se esconde en las laderas boscosas de la margen izquierda del Sil el cual en este tramo comienza a quedar embalsado debido a la presa de Bárcena, ya próxima de Ponferrada.
Antiguo lugar de buena pesca de truchas y anguilas, hoy Santa Marina ha hecho de la Carpa su icono de referencia al exterior. Este pez que nada en las profundas aguas del embalse es el protagonista de un festival que viene celebrándose desde hace décadas y llega a tener más de 100 participantes todos los años que sueñan con pescar el trofeo más valioso
Pero Santa Marina, al llegar el otoño cambia la carpa por otro elemento más autóctono, la castaña. Cada mes de noviembre, el C.I.T. de la localidad entama el tradicional magosto cuyo participación es gratuita.

Apañando castañas
Las castañas, que se han apañado previamente en los últimos días de Octubre y primeros de Noviembre, son introducidas en los tambores, siendo estos utensilios las cajas metálicas donde se asan mediante las llamas de las fugueiras.
Las gentes se reúnen en torno al fuego, charlan, beben y esperan a que la castaña estoupe, es decir, estalle en el interior del tambor, momento en el cual hay que empezar a volcar el contenido en los calderos y las cestas.
Al magosto se le suele acompañar otro elemento como la queimada y el vino, el cual es otro producto original de Santa Marina. Pero, por encima de todo, es importante la música, el canto y el baile. Grupos y bandas de música tradicional vienen cada año a esta localidad para amenizar la tarde con sus gaitas, chiflas, bailes y voces.

Magosto en Santa Marina del Sil
Entre las ramas de las gigantes castañales que rodean el pueblo vuela la coruxa y la noche cae sobre el valle haciendo que las fugueiras destaquen en la oscuridad y su luz se mezcle con el sonido de las gaitas que envuelve al calor humano que saborea este fruto tan sabroso y típico de nuestros pueblos. Todo ello crea una bella estampa que se repite todos los otoños y esperemos que así siga siendo durante muchos siglos más.
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En la serrania de Ronda (Málaga) existen extensos bosques de castaños cultivados -arados y abonados- al igual que los olivares.
En la sierra de Huelva también hay grandes castañares que se salvaron de la enfermedad que atacó a los asturianos.
En Málaga el «castaño santo» tiene un tronco que no abarcan 15 personas.
Expresiones
Piedra
El castaño santo… habrá que ir a verlo y compararlo con estos de aquí… Qué tendrán estos árboles eh Miguel? Un saludo paisano.
Bonito reportaje sobre un pueblo desconocido por la mayoría como es Pardamaza, en el cual he estado alguna vez. Cuando estaba estudiando el módulo de forestales en Almázcara, me acuerdo que muchas tardes iba a pescar carpas con uno de mis profesores, hasta el pueblo de Santa Marina del Sil; y de Almázcara tengo muchos recuerdos de los Magostos que haciamos a principios de noviembre, menuda fiesta, corría la bebida hasta altas horas de la mañana y al día siguiente a sufrir en clase, pero bueno, eso me sirvió para vivir una de las fiestas típicas bercianas.
Un saludo y bonito reportaje de algunas de las tradiciones y fiestas de la zona de Toreno y alrededores.
Te conoces todo León eh? jeje. Y además con magosto y vino en cada parada! Así debe ser. Estos pueblos castañeiros tienen un halo especial a su alrededor en estos eventos. Un saludo amigo y muchas gracias.
Preciosa entrada de ese hermoso Bierzo al que siempre me gusta tanto volver… con sus tradiciones, tú lo has relatado de modo estupendo acompañado de imágenes espectaculares del momento, del gran momento.
Abrazotedecisivo
Muchas gracias Sara. Por cierto, qué guapo está el hayedo de la Boyeriza, acabo de estar viendolo en tu blog. Esta primavera habrá que volver… Un abrazo.
Recuerdo hace muchos años, cuando empecé a ir por el Bierzo que me llamó la atención ver los campos arados bajo los castaños. Yo estaba intrigadísimo en saber que cultivaban debajo de los árboles. Poco después me enteré que lo que se cultivaba era el castaño en si, que el suelo se limpiaba para que diera mejor producto y para facilitar la recogida. En Asturias no teníamos (ni tenemos) esa cultura de la castaña (bueno, si, castaña pero de la de beber ja, ja, ja).
Un saludo
Je je je, campos arados. Es cierto, si comparamos los castaños de aquí con los de Asturias, hay diferencias. Supongo que vuestra castaña sea más grande, más engordada, más farinosa, como la gallega, no? La de aquí es más pequeñina, pero más sabrosa. Y claro, los montes no tienen tanta inclinación como en esos valles del Narcea y el Nalón.
Aún así, como bien dices, tenéis una buena cultura castañeira en otro sentido!! jaja.
Un saludo paisanu.
Hola Héroe, madre mía, ¡cuánto tiempo que no me pasaba por aquí!! Ya veo que has hecho algunos cambios de plantilla en el blog, me gusta cómo te ha quedado.
Sobre tu visita al Bierzo, qué decir, es una zona de León que me gusta mucho aunque nunca he ido en otoño, en época de castañas, casi siempre en verano. Los paisajes y los castaños que nos enseñas son una pasada. Me apunto la visita para el año que viene.
Un abrazo.
Buenas amigo, ya ves, introduje algun cambio, me alegro que te hayas pasado por La Senda.
Pues tienes que ir en Otoño a estos valles del sil, y llevate la camara de fotos bien cargada y una bolsa p´apañar alguna castañina home!
Un saludo amigo.
Muy emotivo el artículo. Por cierto, mis padres eran naturales de Berlanga del Bierzo y de Langre del Bierzo respectivamente y en esos dos pueblos, de la margen derecha del río Sil, también se cultiva una excelente castaña, que a veces intercambiaban con sus vecinos de la cabrera para que ellos pudieran disfrutar de su textura y sabor, porque las que se producían en esas zonas no eran tan sabrosas o al menos eso decían. En todo caso, las castañas del Bierzo son únicas.
Buenas tardes Adolfina, me alegro mucho de que te gustara el reportaje. Todo lo que dices es muy cierto e interesante. Conozco ambos pueblos y me encantan. Un saludo!