Una obligada experiencia en Asturias |
La Senda del Oso es uno de los principales destinos y usos turísticos del Principado de Asturias que uno no puede dejar de conocer, visitar y disfrutar ya sea andando o en bicicleta.
Más de 50 kms de senda ciclable y peatonal a través de los valles del río Trubia, desde sus cabeceras de Quirós y Teverga, pasando por los oseros desfiladeros de Proaza y las siempre verdes praderas de Santo Adriano, hacen que este recorrido se preste a recibir cada fin de semana a un ampilo público turista y deportista, o una combinación de los dos, pues nada parece estar reñido en este espacio.
La senda se creó a mediados de los años 90 utilizando muy sabiamente un antiguo trazado de ferrocarril minero que transportaba el carbón quirosano y tevergano las fábricas de Trubia. Una reutilización que bien pudiera ser extrapolada al ferrocarril minero de la MSP en el valle del Sil (León) o a otras cuencas mineras del norte.
Para conocer a fondo y con detalle todo el recorrido o al menos gran parte de él, a través de dos jornadas realizamos dos escapadas partiendo del área recreativa de Tuñón, tradicional punto de inicio de la senda.
Aunque en realidad la senda puede extenderse mucho más por cualquiera de sus extremos (su inicio puede incluso realizarse desde Trubia o el mismo Oviedo, pues existe vía ciclista), desde Tuñón, en el conceyu de Santo Adriano, se accede a la senda y a sus dos variantes rapidamente y disfrutando de los mejores entornos de ella.

Curiosa estampa en mitad de la senda del oso, un recorrido que combina turismo rural, naturaleza y deporte
Vamos allá.
1. De Tuñón a Caranga |
Ruedas en marcha, a contracorriente sobre el cristalino río Trubia, iniciamos la senda en medio de la foresta ribereña de salgueras, umeros y ablanos. Tenemos por delante cerca de 8 kms hasta el desfiladero de Penasxuntas, donde la senda se bifurca en dos (para un lado Quirós y para otro Teverga).
Apenas hay desnivel en este primer tramo, a decir verdad toda la senda es muy llevadera, de ahí su gran éxito entre cualquier tipo de público.
Una sucesión de prados y bosques, algún túnel entre roca (los varios túneles de la senda la dan un toque diferenciador frente a otras sendas ciclistas y de más emoción), el incesante sonido del agua y las montañas que rodean al valle, son el paisaje de este primer tramos mientras los pedales nos llevan al primer pueblo de la jornada: Villanueva de Santo Adriano.
Dejando a mano izquierda la también famosa senda del Desfiladero de les Xanes (todo el recorrido va a estar plagado de otras rutas a pie que nos tientan a dejar la bici aparcada unas horas…), entramos en uno de los pueblos más guapos del recorrido.
Villanueva cuenta con buenos ejemplos de arquitectura tradicional asturiana, una ponte muy chula y algún que otro comercio por si queremos hacer la primera parada.
Hemos de pasar el puente para seguir por el lado derecho del valle hacia el principal atractivo del valle, que no es otro que el cercado osero.
Y es que el nombre de la Senda del Oso se debe fundamentalmente a la instalación en el centro del valle de un cercado donde fueron llevadas dos osas del suroccidente asturiano cuando quedaron huérfanas. Son Paca y Tola, y aunque ya están muy mayorinas y apenas salen de sus aposentos, son dos de los animales más queridos y famosos de Asturias.
Hoy también cuentan con dos vecinos, Furacu, un oso que vino de Cabárceno con intención de procrear con alguna de las osas (el intento fue fallido) y la reciente Molinera, una osina que fue encontrada cerca de L.leitariegos, que ha sido devuelta a la naturaleza pero que desafortundamente volvió a la mano del hombre y que finalmente ha sido instalada en Proaza.
Hay bastante gente que piensa que no es ético tener a estos habitantes del monte cantábrico aquí «encerrados», otra gente está encantada con su presencia pues aporta economía al lugar… Siempre habrá un sin fín de opiniones y cada una tendrá su parte correcta.
La senda sigue a medida que vamos adentrándonos en los murallones calizos de Peña Caranga, pero antes hemos de adentrarnos en Proaza, núcleo de población que desarrolla y aglutina gran parte del turismo de la senda del Oso.
Aquí existen numerosos restaurantes y casas rurales, además de un pequeña «casa del oso» y un torreón medieval bien curioso. Además, desde Proaza se puede acceder al guapo pueblo de Banduxu, en un entorno natural envidiable. También a Proaza llega la carreterina que asciende a Vi.lamexín y la Collá d´Aciera, que es una de las variantes de vuelta poco frecuentadas pero grandes recompensas si vamos concienciados para tirar un poco de la bici con las manos. Más tarde lo veremos.
Abandonamos Proaza para adentrarnos en uno de los tramos más prestosos de la senda, el que va desde este pueblo al pueblo de Caranga Baxu, un tramo de piedra, bosque y río.
Y es que el nombre de Peñas Juntas (Penasxuntas) lo dice todo. Es el tramo de valle más estrecho y solo hay que mirar hacia adelante para darse cuenta de ello. Es como si de repente saliéramos o entrásemos a otro mundo.
Además este tramo se caracteriza por los sucesivos túneles por lo que discurre la senda, oscuros y húmedos, pero llenos de adrenalina e incluso magia, cuando veamos como las luces se encienden según nos adentremos en ellos.
El valle vuelve a abrise y el conceyu de Proaza va llegando a su fin al mismo tiempo que esta primera etapa. Bajo las enormes laderas de Peña Caranga, el valle, la senda, la carretera y el río se bifurcan a gusto del consumidos. Izquierda: Quirós. Derecha: Teverga.
Vamos con Quirós.
2. De Caranga a Bárzana de Quirós |
Antes de llegar a los pueblos de Caranga, la senda se ha bifurcado. Una atravesará la carretera y se internará en el valle de la derecha, hacia Teverga.
La otra, por la que vamos, sigue pegada al margen izquierdo del valle y rectea hasta a la entrada de una foz donde comienza el conceyu quirosán.
«Despúes de Dios, la casa de Quirós», reza el dicho popular no solo de este valle, sino de Asturias y de otros lugares como el cercano León. Pues el apellido Quirós se extiende en muchos lugares del norte y fueron varias familias con extensas propiedades las que salieron de aquí.
Quirós nos da la bienvenida con el pequeño embalse de Valdemurio, enclavado entre las paredes del Pico Gorrión y Peña Caranga. Es un lugar de esparcimiento y ocio, frecuentado también por pescadores y por ciclistas como nosotros que atravesamos sus aguas a través de una simpática pasarela para iniciar una corta pero intensa subida en el interior del bosque quirosán.
Hemos cruzado a la margen derecha y desde los furacos del bosque podemos contemplar a medida que pedaleamos la sierra del Aramo, donde cuelgan pueblos tan interesantes como Bermiegu o Tene.
(Ruta recomendada en Quirós: Puertos de Güeria)
Una variante para los más «fuertes»
Es cerca de este punto desde donde parte una carreterina que asciende al pueblo de Aciera. Esta puede ser una variante de vuelta hacia Proaza si estamos en forma y poseemos tiempo y ganas para afrontar los cerca de 300 metros de desnivel que nos separan de la collá de Aciera desde el valle. Desde este paso ancestral que comunicaba Quirós con la parte baja del Trubia, se obtiene una fantástica panorama de todo este entorno, además del mismo paisaje que se atraviesa, entre prados, brañas, peñascos calizos y cuestas, muchas cuestas.
El descenso hacia Proaza es rápido y casi fugaz. Una serpenteante pista asfaltada nos saca en poco tiempo al pueblo de Vil.lamexín, desde donde también se cuentan con buenísimas vistas de todo el valle.
La capital de Quirós es Barzana. Antes de ella se encuentra el museo etnográfico del conceyu, el cual es muy recomendable su visita.
La senda no entra directamente al pueblo sino que lo rodea por la margen derecha del valle, obteniendo guapas pérspectivas y disfrutando de las numerosas castañales que dominan el fondo del valle.
Además, podemos ver muestras del pasado minero del valle, fuente primigenia de esta senda que hoy recorremos, que incluso pudo llegar a ser más importante, pues circuló la idea durante un tiempo de sacar el carbón del Sil hacia el cantábrico a través de Ventana y Quirós…
Llegamos a Santa Marina, donde el valle vuelve a bifurcarse. Con este recorrido damos por concluido nuestro viaje a Quirós a través de la senda del Oso.
Vamos con Teverga.
3. De Caranga a San Martín de Teverga |
De nuevo en el tramo de Caranga, donde los ríos que bajan de las cumbres cercanas al macizo de Ubiña se juntan para crear el río Trubia, cogemos dirección Teverga y cambiamos de ladera para seguir su curso y adentrarnos en las foces que crea el río Teverga al romper la barrera montañosa de Sobia por un lado y Peña Gradura, por otro.
Si hemos realizado anteriormente el tramo a Quirós, podremos observar las diferencias entre los dos valles. A este de Teverga la sensación de alta montaña que uno siente parece que se agudiza según avanzamos. Quizás sea la roca caliza y las altas paredes que se elevan sobre nuestras cabezas como pasó en el anterior desfiladero de Penas Xuntas. Pero también hay espacio para la cuarcíta y algunas repoblaciones de pino. Y entre ellas, canales de urz y monte bajo, espesísimo, por donde anda el esquivo Oso Pardo, protagonista de la senda que estamos realizando.
Recorremos manchas de roble y castaño, frescas, sanas, la senda se recrea y se gusta en estos tramos de bosque y río. Pasamos los desvíos a los agrestes pueblo de Fabar y Bustiellu, escondidos en la montaña. Tenemos también algún que otro tunel que atravesar, y mientras tanto, el río se encajona en el fondo del valle, casi inaccesible para el pescador.
Estamos en el desfiladero de Valdecerezales, y al otro lado de él se nos abre un expléndido valle que nos va a recordar, o al menos a mí quiere hacerlo, a los valles de Picos de Europa, Valdeón, mismamente. Y esto es debido a la grandeza de la sierra de Sobia, a más 1.600 metros de altitud elevándose sobre los apenas 450 metros del valle tevergano.
Verde de prado, blanco de peña, multicolor de primavera radiante que se cuela en cada detalle de la senda cuando pasamos Entragu y avanzamos hacia San Martín, capital de este pequeño microcosmos de Teverga, que no es un valle, sino una multitud de ellos cada cual con su peculiaridad. (Rutas recomendadas en Teverga: Montegrande-Xiblu / Brañas vaqueiras)
Al fondo divisamos los neveros de Ferreirúa y Ventana, y un poco de las peñas calizas del macizo ubiñense también se cuelan en la mirada. Pero es tiempo de dejarnos perder por los calles de San Martín, llenas de restaurantes y chigres, o subir hasta La Plaza, donde se encuentra una majestuosa iglesia, también rodeada de comercios hosteleros donde poder elegir varios menús (los cuales bastante variados y asequibles a la cartera).
Nos hemos percatado en San Martín que la senda continua en dirección al puerto de Ventana, que separa Teverga de la leonesa Babia. Este tramo es aconsejable si queremos visitar el parque de la prehistoria y Cueva Huerta, dos elementos muy turísticos del valle y llenos de cultura y conocimiento.
La otra dirección a tomar es la que sube al Puerto de San Lorenzo, lindante con Somiedo, la cual no tiene senda ciclable y es pura carretera de montaña.
Damos por finalizada la jornada ciclista en el pueblo ejemplar de Asturias 2013, y emprendemos senda abajo, siguiendo esta vez las aguas del Trubia y dandonos cuenta, también, del poco apreciable desnivel que hemos subido pero que esta patente al ver que no es necesario dar mucho pedal y es la misma senda casi quien nos lleva y nos invita de nuevo a saborear el paisaje.