Las Cascadas más famosas de Oviedo
Hacer y visitar la ruta de las Cascadas de Buanga / Guanga desde San Andrés de Trubia (Oviedo, Asturias) es una de las actividades que no te puedes perder si te gusta el senderismo, si te gusta Asturias y sobretodo, si te gustan las cascadas.
Una de las rutas más guapas para hacer cerca de Oviedo, está recomendada especialmente para épocas primaverales.
Es una ruta breve pero intensa que podemos realizar sin necesidad de grandes esfuerzos y con básicos preparativos y conocimientos de senderismo.


Si es necesario tener en cuenta que vamos a pisar un terreno con cierto grado de pendiente, mucha humedad y con poca visibilidad por la gran cubierta forestal que atesora.
Por lo que te recomiendo llevar calzado adecuado y cierta preparación física. Y aunque es una ruta que puedes realizar con niños, es importante ser previsor y adelantarse a posibles imprevistos producidos por las condiciones climáticas, siempre guardando un amplio margen de seguridad y sin salirse del sendero señalizado.
Una ruta accesible desde Oviedo en bus urbano
Para visitar esta serie de cascadas (algunas visibles desde el sendero y otras ocultas entre la espesa vegetación) nos tenemos que dirigir al pueblo de San Andrés de Trubia, en el concejo de Oviedo / Uviéu. Nada más lleguemos a la localidad, podemos dejar el coche en la fuente que hay a pocos metros de la parada de bus. Pero lo verdadero interesante de esta ruta, a mi modo de ver, es que ¡tenemos bus urbano desde Oviedo!.
Y es que pocas ciudades ofrecen tanto como Oviedo para disfrutar de la naturaleza: el monte Naranco, la senda a Fuso de la Reina y las cascadas de Buanga, son algunos de los atractivos senderistas de la capital asturiana.
¿Qué bus coger para ir a las cascadas de Buanga?
Para coger el bus que te lleve a San Andrés de Trubia has de subirte a la LÍNEA L1 TUDELA VEGUÍN – SAN ANDRÉS.
→ Te adjunto este enlace a la página de autobuses urbanos de Oviedo para que tomes nota del mismo.
Un espacio natural de categoría

Los montes se pueblan de abundante vegetación atlántica: pláganos (arces), castañales, abedules, fayas (hayas) o ablanos (avellanos). Especies que dan cobijo a singulares animales como es el Oso Pardo, emblema de este valle, y que cada vez más se deja ver sorprendentemente cerca de Oviedo.
Desde San Andrés avanza la senda cicloturista más famosa de la cordillera cantábrica hacia los recónditos valles de Quirós y Teverga, donde hay multitud de rutas como la del bosque de Montegrande y la Cascada del Xiblu, o los Puertos de Agüeria.
La Senda del Oso es una actividad esencial si estás en Asturias, y que se puede compaginar con la visita a las cascadas, o al inmediato desfiladero de las Xanas. Obligada es la parada al recinto osero de Proaza, donde también hay un museo dedicado al Oso Pardo.

Caminar y visitar las cascadas
Justamente en frente de las primeras casas de San Andrés (antes de la fuente y la parada del bus) hemos de tomar un camino que asciende con pendiente en la derecha de la carretera. La ruta está medianamente señalizada y no debería darnos motivos de pérdida.
El camino sube por un bonito castañal intercalado con pradería. Poco a poco iremos ganando altura y encontrándanos con la base rocosa de Peña Castiellu.

Este tramo, aunque apenas llega al kilómetro y medio, exige de cierta condición física y especial atención a no resbalar, puesto que la humedad y el agua es algo constante en este recorrido durante gran parte del año.
Llegaremos a un tramo con menos árboles, donde aparecen lleras (canchales) y el camino se estabiliza y llanea para adentrarse en el segundo bosque de la ruta, donde se esconden las cascadas.
Al pasar las ruinas del molín en ruinas o fábrica de la luz, como se dice en el noroeste, nos encontramos con la espectacular y llena de sensaciones visión de la gran cascada que se desprende entre la roca en varios chorros que riegan un entorno realmente bello: grandes árboles acompañan al río en el corto espacio llano que la cascada ha propiciado.
Como la «Guarida de las xanas o el Refugio de los poetas» podríamos definir este lugar tan especial. El sonido del agua inunda todo el entorno y el sentimiento de unión con la naturaleza en perceptible.

Volvemos sobre nuestros pasos para conocer un poco más el monte que sigue creciendo río arriba, ya cercano a la antigua población de Guanga, donde aún queda alguna casa y hórreo. En este entorno, ya superior a los 400 metros de altura, se cuela alguna haya entre la foresta, lo que permite en época de otoño la aparición de multitud de setas.
Desde este último tramo de la ruta se puede divisar el valle del Trubia y la sierra del Aramo, lo cual es placentero para aliviar un poco la corta visión que la espesa foresta ofrece.
La vuelta no tiene pérdida si desandamos el mismo recorrido de ida. Existen algunas variantes para convertirla en ruta circular. En este enlace del blog Caleyando con Cienfuegos puedes tomar notas.

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